Después de que Congreso y Senado aprobasen la reforma de la Constitución, se ha abierto un plazo de 15 días para que 35 diputados o 26 senadores reclamen un referendum sobre la materia. Si se consigue que ese número de parlamentarios apoyen la medida, los ciudadanos podremos revocar la reforma, ya que el referendum es vinculante para el poder político. El plazo para que los diputados o los senadores insten el referendum concluye el 23 de septiembre, y a día de hoy sólo faltan unas pocas adhesiones más para hacer realidad el proyecto. Por eso es esencial la movilización ciudadana.
Los parlamentarios saben que dependen de nosotros para ser reelegidos, y que su popularidad está por los suelos. Si ven como millones de españoles salen a la calle exigiendo que les dejen decidir, habrá muchos que, aunque sea por egoismo personal, apoyarán el referendum esperando que los electores tengan en cuenta su gesto. Por eso hay que inundar las calles españolas. Esta manifestación ha sido promovida por una asamblea de ciudadanos de Murcia en el marco del movimiento 15M, pero pretende extenderse a toda España. Se han mandado peticiones de adhesión a todas las asambleas y colectivos del país, esperando que el 21 de septiembre millones de españoles inunden nuestras calles exigiendo democracia. Y todo indica que vamos a conseguirlo.
Para finalizar queremos hablaros brevemente de lo que significa la reforma de la Constitución. Sus consecuencias son dos: 1) a partir de ahora el pago de la deuda a los grandes acreedores de España tiene prioridad absoluta frente a cualquier otro objetivo del Estado (como la sanidad o la educación) de modo que si un año no hay dinero suficiente para pago de la deuda y mantenimiento de hospitales, se paga la deuda y se cierran los hospitales, y 2) no podremos tener más déficit (es decir, diferencia entre lo que el Estado gasta y lo que ingresa) que el marcado por Europa, pero para colmo la Constitución permite reducirlo aun más si los grandes partidos lo acuerdan, y el PPSOE ya ha pactado una ley que impondrá un tope de déficit del 0.4%, mucho más radical aun que el europeo (del 3%).
Es cierto que hay que limitar el déficit, pero había otras vías para acabar con el gasto inútil para el ciudadano y recaudar más dinero. Eliminar órganos inútiles (y enormemente costosos) del Estado como el Senado o las diputaciones, limitar drásticamente los altos cargos de libre designación y los salarios y prebendas de los políticos, subir los impuestos a las rentas altas...son medidas excelentes para anular el déficit. Pero el PPSOE, en vez de tomarlas, cambia la Constitución para anteponer los intereses de los usureros a los de los españoles y hundir el gasto público sin tocar sus privilegios ni los de las clases altas. El PPSOE ha dinamitado la Constitución, pues ya no somos (si es que lo fuimos alguna vez) Estado social, sino Estado marioneta de los grandes inversores. Y los españoles tenemos derecho a decidir si queremos este nuevo orden. El que lo hagamos depende de nosotros.
Fuente: Acampada Murcia